Ilustración de LAS CANTIGAS DE SANTA MARÍA, de Alfonso X el Sabio (s. XIII)
Las relaciones entre la Península Ibérica y el Norte de África siempre han sido estrechas, a veces amistosas, a veces conflictivas. Con la caída del Imperio Romano, la unidad política y cristiana de Hispania y Mauritania, provincias del Imperio, desaparecieron. Hispania se convirtió en España visigoda y conservó el cristianismo y y el norte de África quedó englobado en el imperio árabe y en la religión musulmana.
Pronto casi toda la España visigoda fue conquistada, a principios del siglo VIII, por los árabes , que llamaron a España “Al-Andalus” y durante muchos siglos convivieron en la península Ibérica, en paz o en guerra, practicando la tolerancia o la intolerancia (por unos y por otros) cristianos y musulmanes, además de judíos. El dominio musulmán fue poco a poco, siglo a siglo retrocediendo ante el avance de los reinos cristianos hasta desparecer con la caída de Granada en 1492, en época de los Reyes Católicos.
De esta convivencia la literatura española tiene muchas manifestaciones. Repasemos algunas de ellas. Las más antiguas de todas, son las JARCHAS (siglos XI-XIII)
LAS JARCHAS
Las jarchas están compuestas en lengua mozárabe (antigua lengua romance, derivada del latín, hoy desaparecida), hablada por los cristianos que vivían en territorio musulmán. Son brevísimas piezas de gran intensidad, de tema amoroso, con protagonista femenina. Las cantaban las cristianas y los poetas árabes o judíos quedaban prendados de ellas y las incluían en poemas árabes o judías (llamados “mwassajas”)